Annie Hewitt ha
llegado a la isla de Peregrine en medio de una tormenta de nieve. Está sin un
centavo y lo único que le queda son los títeres con que se gana la vida, las
novelas románticas que adora y algo de coraje.
No podría estar peor preparada para reencontrarse con el hombre que vive en Harp House, la mansión que domina la aldea desde un acantilado barrido por el viento. Cuando era una adolescente, él la traicionó de un modo que ella jamás podría olvidar ni perdonar. Ahora ambos están atrapados en una isla inhóspita cuyos habitantes no dejan de meter la nariz en lo que no les importa.
Ese hombre, ¿es el villano que ella recuerda o ha cambiado? La cabeza le dice que no, el corazón, que sí.
Será un largo y duro invierno.
No podría estar peor preparada para reencontrarse con el hombre que vive en Harp House, la mansión que domina la aldea desde un acantilado barrido por el viento. Cuando era una adolescente, él la traicionó de un modo que ella jamás podría olvidar ni perdonar. Ahora ambos están atrapados en una isla inhóspita cuyos habitantes no dejan de meter la nariz en lo que no les importa.
Ese hombre, ¿es el villano que ella recuerda o ha cambiado? La cabeza le dice que no, el corazón, que sí.
Será un largo y duro invierno.
<< La vida de Annie
es un completo desastre. Su carrera frustrada como actriz no le ha dejado más que
un montón de deudas y un cochambroso colchón en la trastienda del café en el
que trabajaba. Bueno eso y un eventual trabajo como ventrílocua haciendo espectáculos
educativos para críos. Así que cuando su madre moribunda (siempre ligada al
mundo de la cultura y las artes) le dice que un legado misterioso, que le
aportará mucho dinero, la espera en Peregrine, la luz parece volver a su vida.
Aunque volver a
esa isla alejada de la mano de dios es lo que menos le apetece en el mundo, no
tiene otra opción. Así que cargada con sus muñecos y las pocas pertenencias que
sigue conservando, Annie se encamina hasta el lugar que peores recuerdos le
trae de su pasado. Al lugar donde hace muchos años estuvo a punto de morir.
En cuanto pisa la
resbaladiza y embarrada nieve de Peregrine, Annie es consciente de que es
dichosa isla no se lo pondrá fácil. Los tres meses que debe permanecer allí no
tienen pinta de ser, ni de lejos, como unas vacaciones. Aunque (según ella)
¿quién coño se iría de vacaciones a una isla inhóspita en medio de la nada y en
pleno invierno?
Cuando Theo Harp
se marcha a Peregrine buscando un lugar tranquilo en el que escribir su nuevo
libro, jamás imaginaría que su pasado (más presente allí que nunca) resurgiría
con tanta fuerza. Pero es que encontrarse de lleno con la preciosa mujer en la
que su amiga de la adolescencia Annie se ha convertido, hará que todos los
malos recuerdos de aquella trágica noche vuelvan como un huracán de emociones.
No se soportan,
pero se necesitan. No pueden estar juntos, pero tampoco separados. El no y el
sí confrontados en su interior. Él no se ve capacitado para sentir. Ella no
confía en él. Pero las cosas cambian y la vida evoluciona. Y a veces lo negro
se vuelve blanco y lo blanco en gris tormenta.>>
Lo cierto es que
este libro me lo encontré navegando por internet de pura casualidad. Y como ya
sabéis, soy esclava de los títulos y las portadas con gancho. Así que me lo compré.
Y lo tenía ahí aparcado desde hace mucho tiempo hasta que hace unos días
haciendo inventario de todos los libros que guardo en formato digital, volví a
encontrarme con él. Y como podéis ver me lancé.
Y lo cierto es
que no ha estado mal. Desde luego no se va a convertir en mi libro favorito
pero para pasar un rato es entretenido.
Lo que más me ha
gustado es la trama de suspense y misterio que acompaña al planteamiento
romántico en sí mismo. Es decir, no e sun libro que se centre únicamente en la
parte del enamoramiento entre dos personas que, a priori, se odian. Sino que
existe un trasfondo misterioso a cerca de la relación que unía a Theo y
Annie cuando eran adolescentes y ambos
vivían en Harp House. Y es esa parte la que mñas te engancha al libro, desde su
inicio hasta su final.
Otra de las cosas
que también me ha gustado bastante son las intervenciones de los muñecos de
Annie como si poseyeran una conciencia propia. Al principio, he de decir, que
me chocaban mucho los diálogos que ella mantenía con sus marionetas. Lo veía
absurdo y hasta infantil. Sin embargo con el paso de las páginas me fui dando
cuenta de que esos diálogos no eran más que una expresión de su propio debate
interno a cerca de como se sentía. Un símbolo externo de las multiples personalidades
que todos llevamos dentro, aunque algunas vivan dormidas permanentemente.
Para poner alguna
pega diré que que tiene la autora de contarnos la historia no me ha llegado
para nada. Los que me leéis de manera habitual sabéis que me encantan las autoras
que escriben de forma coloquial y natural. Esas novelas en las que parece que
es tu amiga de toda la vida la que te cuenta la historia. Sin embargo en este
caso la forma de narrar es formal y seria, rallando la pedantería en algunas
ocasiones. Aunque esto es más una cuestión de gusto personal.
En fin, que si
quereis algo entretenido y ameno para leer de forma rápida “Los héroes son mi
debilidad” es vuestro libro.
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