En fin, que me lío. Vamos con la reseña de hoy. Un libro que adoré mucho y que se va de lleno a mis favs del año. ¡Seguid leyendo!
TÍTULO: El día que dejó de nevar en Alaska
AUTORA: Alice Kellen
GÉNERO: New Adult
AÑO: 2017
EDITORIAL: Ediciones Urano. Titania.
Autoconclusivo
PRECIO: 16 € (Tapa Blanda)
Lo quiero ♥
Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Así es como termina en Alaska, en un pequeño pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su único problema es que uno de los dueños del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frío y distante, pero Heather puede ver a través de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atrás. Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad. La nieve empieza a derretirse. Y todo encaja.
Heather lleva años viviendo una vida que, ni es recomendable, ni le hace bien. De hecho, tiene la sensación de llevar toda su existencia equivocándose al elegir el camino que quiere que sigan sus pasos. Errores que, por desgracia, no solo la han dañado a ella, si no también a todas aquellas personas que la quieren y la apoyan. Por eso, y porque nunca supo solucionar sus problemas de otra forma, es por lo que acaba huyendo a un pequeño pueblo perdido del sur de Alaska, donde nadie la conoce y ella no conoce a nadie. Y donde espera poder encontrarse a sí misma de una vez por todas.
Nilak es joven, serio y parco en palabras. Vamos, que consigue elevar el concepto de chico misterioso a la máxima exponencia. Cosa que, acompañada de su palpable belleza y su gélida mirada, consiguen hacer de él un cóctel explosivo que es imposible desactivar. Por eso, nadie lo intenta ya y todos en Innovik Lake conviven con sus rarezas y su silencio. Sin embargo, la llegada de Heather al pueblo será como una tormenta desatada en mitad de la nieve y nadie podrá escapar de ella. Ni siquiera el chico misterioso que, sin apenas darse cuenta, acabará sumergido de cabeza en el fiero huracán que es la chica.
«Un chico con el corazón roto.
Una chica que huye de sí misma.
Dos destinos que se cruzan»
—¿En qué estás pensando? —pregunta.
Trago saliva sin dejar de abrazarlo.
—En cómo sería besarte.
—Joder, Heather.
—Lo siento. No tengo filtro.
—Es que… lo complicas todo
—¿Qué complico?
—Me complicas a mí.
Bueno, bueno, bueno. Si os digo todo el tiempo que me está costando escribir esta reseña, no os lo creeríais. Sobre todo teniendo en cuenta que adoré la novela de principio a fin, desde la página 1 a la 348. Pero ¿no os pasa que, a veces, cuando un libro os gusta muchísimo os cuesta un montón dar con las palabras adecuadas para hacer una reseña a la altura de la historia? Pues a mí, sí. Y este es uno de esos casos. Pero bueno, intentemos analizarlo.
Lo primero de lo que me apetece hablaros es de los personajes. Y si tuviese tiempo para escribirlo y vosotros para leerlo, os hablaría de todos y cada uno de los que salen en esta novela. Pero como hay que sintetizar (cosa que odio mucho) pues os hablaré de los más representativos.
Empecemos por Heather, una chica con un pasado complicado y una adolescencia dura, que lleva demasiados años envuelta en una tela de araña tóxica y dañina de la que se ve incapaz de escapar. Y es que a veces, cuando somos jóvenes las corrientes de nuestro alrededor son tan fuertes que, sin ser conscientes, nos acaban empujando por unos derroteros que quizás, en el fondo, no son los que queremos seguir. Y eso le ha pasado a Heather. Una amistad absorbente y tremendamente tóxica ha terminado por convertirla en alguien que ni es, ni quiere ser. Y no sabéis lo mucho que me he indentificado con su historia y con sus ganas de huir. De huir para perderse del mundo pero para
encontrarse a sí misma. Es fantástico.
Por otro lado, tenemos a Nilak, el prota masculino. Un chico frío y distante que esconde incluso mucho más de lo que aparenta. Y eso que, de primeras, ya aparenta esconder muchas cosas. El caso es que el pasado de Nilak lo ha convertido en alguien tan encerrado en sí mismo que, a estas alturas, ya no es capaz de acordarse de lo que era abrirse a los demás. Por eso es tan distante que llegar a él se antoja tan difícil como escalar el pico más alto de la maldita Alaska. Y aun así, con todas sus rarezas y frialdades a mí logró llegarme dentro desde el principio. No sé si es porque me inspiraba ternura o simplemente porque yo también deseaba ser capaz de llegar a él y descubrir su secretos. Pero me pareció un personaje estupendo y desarrollado con muchísimo acierto.
De los secundarios podría (también) tirarme horas hablando. Podría hablaros de Caos, el perro con aspecto de lobo que derritió el corazón de Heather en plena Alaska y el mío en plena Galicia. Sus rarezas, su adorable desobediencia y su alegre caminar, me hicieron sonreír en más de una ocasión en la que me lo imaginaba de forma nítida corriendo en medio de la nieve.
También podría hablaros de John, el tierno grandullón de ceño fruncido que Heather tiene por vecino. Un hombre fornido y gruñón que parece desarrollar cierto sentimiento de protección por nuestra prota desde el minuto uno.
Y por último, podría hablaros también de Seth (el cariñoso y transparente jefe de Heather en el restaurante), de Sialuk (la novia inuit de Seth que es adorable, adorable, adorable) o de Najaa (la abuela de Sialuk, otra inuit de pura cepa con cierto sentido sobrenatural para leer y entender a las personas que se cruzan en su camino). Todos ellos son piezas importantes que acaban por darle a la trama mucho más sentido del que un principio parece.
En cuanto a la trama, tengo que decir que me ha parecido estupenda. El argumento de ambos protagonistas es perfecto y el desarrollo de los mismos también. Y en especial, quiero destacar que la historia de amor entre los protagonistas lleva un ritmo tan natural y tan sincero que hace que te la creas desde el principio. Y es que, como ya he dicho ambos personajes vienen de situaciones personales en las que les resulta complicado confiar en los demás. Por eso, hubiese sido poco creíble que todo entre ellos hubiese sucedido rápido y con prisas. Porque ambos necesitaban la confianza en el otro y también en sí mismos para poder entregarse a todo eso tan bonito que va surgiendo con el tiempo.
Por último, poco puedo decir de la pluma de Alice Kellen, porque cualquiera de vosotros que haya leído con anterioridad algo de ella sabe lo atrapante que es. Su sencillez, su naturalidad y su ternura plasmada en meras palabras son seña de identidad suficiente para que desees quedarte siempre sumergida en alguna de sus historias. Sin embargo, con esta novela puedo decir que se ha superado a sí misma creando una atmósfera perfecta dentro de un libro perfecto.
«En definitiva, El día que dejó de nevar en Alaska, es una historia tierna y adorable en la que casi puedes sentir en carne propia como los sentimientos de ambos protagonistas avanza de forma inexorable a través de sus páginas. Y ese, es motivo más que suficiente para que no pueda dejar de recomendároslo al 100%»
Puntuación: 5 de 5
¿Lo habéis leído? ¿Que os ha parecido? ¿Lo habéis adorado tanto como yo? Y los que no habéis tenido la suerte de leerlo ¿os apetece? Dejadme todas vuestras impresiones en los comentarios.
Besos nevados Libro Adictos ♥
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